Agradecimientos

Resumen de «la Carrera» y Desarrrollo

Como vemos, «La Carrera» es una representación viviente de la pasión muerte de Jesús, desde el Huerto de Getsemaní hasta el Monte de la Calavera, que se prolonga en su materialización por tiempo de hora y media. La primera constatación que se tiene de ella es de 1.908, cuando Alcoba de la Torre alcanzaba los 350 habitantes. Con el trauma de la Guerra Civil dejó de celebrarse.
Después, volvería a renacer en los años cuarenta, corroborándose la continuidad de la tradición entre 1.944 y 1.954 al ser incentivada por los sacerdotes Tomás Leal Duque y Bienvenido García.

No obstante, de nuevo se opacó en los años sesenta, asolada por la sangría de la emigración.
El hecho de que haya permanecido fijada en el subconsciente colectivo de las gentes de Alcoba de la Torre, haría posible su reciente recuperación en1.997, impulsada por la Asociación Cultural «El Castillo».
Se contó para ello con el asesoramiento y la dirección teatral del san estebeño José Luis Martín Sastre, (del Grupo de Teatro «Tizona»),que supo establecer el reparto inicial descubriendo la personalidad y conociendo el temple y el genio de los lugareños para inculcárselo a los diferentes personajes y dotarlos así de la fuerza y el dramatismo requeridos.

«La Carrera» supone un macro montaje, ya que participan numerosos actores en su desarrollo, superando la treintena los figurantes del pueblo judío y alcanzando los veinticuatro la relación de actores que intervienen con texto.
Lógicamente, los personajes que aparecen son los que recogen las Sagradas Escrituras y que participaron en el hecho historiado de la Pasión de Jesús como fueron: María, Pedro, Juan, Malco, Judas, Caifás, Anás, Poncio Pilatos, Simón Cirineo, María Magdalena, La Verónica, Barrabás, Dimas, Gestas, y demás apóstoles, soldados romanos y pueblo de Jerusalén.

Con excepción de unos tres o cuatro, el resto de los papeles son bastante sencillos.
Destaca el de Jesús como figura principal y entre las mujeres, por su expresión humana, el de María Magdalena, secando el sudor y la Sangre de Jesús con su propio cabello y el de María, su madre, henchida de dolor, ya que no se resigna a la crucifixión de su hijo. Hay quienes ponen en escena el personaje que otrora hicieron su propio padre o madre, acreditando así la tradición.
En manos de Martín Sastre, su director, se constata una preocupación por la ambientación de los distintos escenarios en que transcurre la obra.

Los protagonistas, van ataviados con trajes de la época, de romanos, judíos, etc., elaborados en talleres de costura montados a este fin en el pueblo con lo que logran un mayor realce de los últimos momentos de la vida de Jesucristo; y a lo que se añaden, además, los «aderezos» de los cascos, escudos y lanzas de los soldados, con el respaldo de los impresionantes juegos de luces, que hacen que este espectáculo teatral, que nos retrotrae en el tiempo 2.000 años, se cargue de realismo y verosimilitud.

No es de extrañar por todo ello que, otrora, cuando llegaba el Viernes Santo y con él la representación del drama de la Cruz o «La Carrera», el pueblo entero de Alcoba de la Torre acudiera a presenciarlo, como también asistían las gentes de los pueblos limítrofes de Alcubilla, Brazacorta, Bocigas y otros más, atraídas, sin duda, por la FAMA CONSEGUIDA y propagada de boca en boca.
Cierto, que en la provincia de Soria se observan escenificaciones de la Pasión de Jesús en el mismo Viernes Santo en localidades como Langa de Duero y Retortillo de Soria, pero es, «La Carrera de Alcoba de la Torre» la más conmovedora y espectacular de todas ellas.
Así lo corrobora la masiva asistencia de visitantes, que este Viernes de Pasión se cuentan por miles y que se desplazan desde los lugares más dispares, prendados de la singularidad y la magia especial de esta procesión de duelo, que se desplaza en la noche, por las afueras del pueblo.

Toda tradición necesita ser evidenciada. De aquí que si alguien pertenece «La Carrera» es, sin duda, al pueblo de Alcoba de la Torre, puesto que ha hecho posible que esta hermosa manifestación popular de nuestro teatro religioso fuera rescatada del olvido, manteniéndola viva gracias al tesón de sus gentes, que colaboran de forma generosa y desinteresada y siempre con la mayor de las ilusiones para mejorarla continuamente y así poder perpetuar este signo de identidad, tan genuino.

Al fin y al cabo, como alguien advirtió, hay pueblos que viven desde dentro y otros pueblos que viven desde fuera. Los que viven desde dentro están activos, tienen empuje y sus mujeres dan a luz y se quedan; mientras que los que viven desde fuera languidecen, sus mujeres se marchan y la gente que permanece es más vieja.
Por eso, es muy importante que los pueblos apuesten por recuperar sus señas de identidad, honrando sus tradiciones ancestrales, pero siempre que esa identidad no signifique atraso, sino diversidad, variedad, autoestima, cultura y calidad de vida.

Biografía:

ALMAZÁN, ÁNGEL: «La Carrera», singular pasión de Cristo escenificada en Alcoba de la Torre» en Diario de Soria, Suplemento de Semana Santa, 31 de Marzo de 1.999, Pág. 22-23
CALVO HERNÁNDEZ, BIENVENIDO: Diccionario histórico-geográfico económico-social de los 537 pueblos de la provincia de Soria. Tomo I. Gráficas Sorianas, 1.965, Págs. 161-166
MALDONADO, LUIS: Religiosidad popular. Nostalgia de lo mágico. Ed. Cristiandad .Madrid, 1.975.
MARTÍNEZ LASECA, JOSÉ MARÍA: «Judas o el mal: representaciones de la pasión», en «De hoy en un año».Ritos y tradiciones de Soria. Diputación Provincial de Soria. 1.999, Pág.111-129.

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